lunes, 11 de agosto de 2008

De vuelta de viaje

Estos días me lié la manta a la cabeza y me fuí por ahí. ¿Dónde? A ninguna parte. A veces no importa tanto el lugar como el camino. En fin, quise matar unos cuantos pájaros de un solo tiro.

El caso es que cogí la bicicleta, y (con el permiso y la preocupación de B.), me dispuse a viajar hasta Santiago de Compostela por mis medios. Pedí a B. que me dejara a mi suerte en Tábara (un pueblito de Zamora lindante con la Sierra de la Culebra), y desde allí me incorporé a las huellas del que llaman Camino Sanabrés o Mozárabe, el menos conocido y más abandonado de los senderos Jacobeos.

Tras cinco días de penurias, y con un considerable canscio y dolor en mis posaderas llegué a Santiago. En la alforja quedaba la satisfacción del deber cumplido, no por los trescientos y pico kilómetros de ruta disfrutados, sino por los momentos en los que pude y supe reflexionar, los cuales iré desglosando cuando y cómo mejor pueda.

Y como vengo a ser de natural olvidadizo los enumero, no sea que se me evaporen:

- La futura paternidad y el amor por B. son el motor de mi vida.
- Cada cual tenemos nuestro ritmo, metas y etapas. Debemos disfrutar de los demás cuando dichas etapas, ritmos, metas... coinciden con las de otros, pero no debemos tratar de ir por caminos que no podemos transitar, a ritmos que no podemos mantener, o a lugares que no nos interesa visitar. El camino es algo personal, propio, cada uno lo elige cuando y como quiere.
- Toda ruta siempre es un rosario de subidas y bajadas. Las dificultades exigen más sacrificio que los momentos relajados, por eso nos parecen ser más largos e intensos. Sin embargo, subidas y bajadas siempre terminan.
- No hay una dificultad insalvable, sino un ritmo inadecuado.
- Todo descanso es lícito, si no nos aparta del camino que seguimos.
- Arriesgarse e improvisar, dejar la ruta fácil, nos puede llevar a lugares más hermosos. Sin embargo es importante aprender a desistir de los desvíos si nos ponen en riesgo.
- Ayudar y ser ayudado en el anonimato del paregrino es una experiencia siempre enriquecedora.
- El mejor momento para encontrarse a uno mismo, es el momento en el que más perdido se está.

Hubo más cosas, te las diré (si me acuerdo)... mientras iré desarrolando estas (pero será otro día).

viernes, 18 de julio de 2008

+ El mundo de las (mis) ideas

La felicidad, el amor, la amistad, quienes somos, de dónde venimoss, hacia donde vamos, la paz, la gloria,... dentro de las cosas que quiero enseñarte o que entiendas, hay algunas sobre las que nunca voy a tener respuesta. He pasado muchas tardes de mi vida discutiendo sobre su significado o extensión, y muchas noches reflexionando en solitario sobre ellas. No tengo una respuesta concreta para ninguna, pero sí ideas vagas para todas.

Un día descubrirás que los hombres hemos dedicado mucho tiempo a pensar sobre ideas, en lugar de vivir las sensaciones que nos invaden.

Todo es culpa de un tal Platón. Un griego que vivió hace tantos años que cuesta imaginarlo, y cuya explicación del mundo ha sido utilizada por la religión y la cultura sobre las que se construye el entorno en el que vas a vivir.

Platón era un contador de historias extraordinario, así que usaba de cuentos y parábolas para explicar su visión del mundo. Para este griego la realidad que veíamos los hombres, tenía poco que ver con el mundo, sino que había un mundo más perfecto, el de las ideas. Finalmente la realidad que yo veo (la misma que tú verás algún día) es sólo una sombra vulgar de la realidad auténtica de las cosas, la que se forma en el mundo de las ideas. Por ponerte un ejemplo Platón decía que existe un mundo perfecto, donde hay una idea de caballo perfecta que todos intuimos, y todos los caballos que vemos por el mundo son meras copias de esa idea... algunas muy buenas y otras menos, unas están cojas, otras son gorditas, otras feas, y algunas son casi, casi perfectas...

No pienses que yo creo en esta explicación del mundo. Soy demasiado materialista y relativista para creer que hay algo más allá de lo que vemos, tocamos o sentimos. Sin embargo la explicación de Platón me es muy útil, siempre lo fue, pues me sirve para explicar el mundo de lo que no se puede tocar. Te hablo de estados, conductas, actitudes, comportamientos, posiciones en la vida que es necesario tener claras, y verlas claras dentro de uno mismo. Volviendo al ejemplo del caballo, quizá no exista una idea inmaterial de caballo... sin embargo un día te encontrarás constuyendo tu propia idea de amistad, de lealtad, de felicidad, de amor... se trata de elementos materiales que tendrán una definición clara en tu propio mundo de las ideas, y cuyo reflejo tendrás que materializar dentro del mundo que te rodea.

En este apartado voy a intentar algo muy difícil, por si te sirve de ayuda. Trataré de explicarte cómo veo yo estas ideas en mi propio mundo, y como las intento trasladar al mundo en el que compartirmos todos... no quiero que las copies, simplemente que trates de tener tus propias ideas, y luego (esto es lo más difícil) de vivir de acuerdo con ellas, sin importarte lo que los demás piensen de tí.

martes, 15 de julio de 2008

PALABRAS PARA JULIA

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ticomo ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Del libro "Palabras para Julia", de José Agustín Goytisolo

Faltan 31 semanas, más o menos.

Hoy hace unas nueve semanas que dejaste de ser un proyecto para nosotros. Si nos pudieras ver algún día en una hipotetica grabación de tus padres, me verías haciendo pequeñas estupideces, como felicitarte cada nueva semana en la tripita de tu madre, darte besos en ella... No te asustes, no nos hemos vuelto locos, o sí. O si acaso, si es que estoy loco, empiezo a adorar esta locura.

Tu madre está bien, cada día mejor. Desde hace unos días, la tripita que sólo denunciaba un leve aumento de peso, ha empezado a tomar la forma propia de un embarazo, algo así como un pequeño aumento de volumen en la zona del bajo vientre... estás creciendo y son cosas que pasan. Estos últimos días ha vuelto a sentirse activa y animada (hasta hoy arrastraba una losa de sueño y cansancio desde la mañana a la noche), a la vez le empieza a desaparecer un dolor abdominal casi constante que nos asustó mucho los primeros días, y su estómago se vuelve una masa agria conforme avanza la tarde. Ana (ya la conocerás), nos ha dicho que es normal, que el embarazo está avanzando y que todo va estupendamente.

Todavía no tienes nombre, yo te llamo hijo en un término neutro (cuando crezcas verás que los mayores, en un intendo de ser políticamente correctas, hemos caído en lo estúpidamente cursi, llevados por un puñado de políticos analfabetos que ignoran el idioma que nunca llegaron a aprender del todo, por lo que empezamos a dejar de lado los sustantivos neutros... algún día te hablaré de esto, y tú te aburrirás); cuando estoy a solas con tu madre te llamo "Cigotín", en recuerdo del racimo de células indefinidas que eras hace tan sólo unas semanas, no me lo tomes a mal, son cosas de padre, como he dicho estupideces de adulto más o menos tolerables. He leído que eres un ser de apenas un centímetro. Pero no pienses que eso te libera de la responsabilidad que supone vivir. De hecho dentro de unas semanas te vas a enfrentar a tu primera prueba médica. Nos van a decir algunas cosas, como las posibilidades que tienes de ser más o menos parecido a todos nosotros, o si vas a necesitar más o menos ayudas para enfrentarte a esta batalla que llamamos vida. No tengas miedo, no vas a correr ningun riesgo, y (digan lo que digan) tú vas a seguir adelante. Mamá y yo lo tenemos claro, eres uno más de la familia, y contamos las horas que faltan para que veas la luz. Así que, hijo mío, asume que vas a tener que tirar para adelante, con nuestra ayuda pero con tus propias fuerzas, ya no te puedes volver atrás... espero que nunca me lo reproches, porque esto de darte vida no lo hago desde el egoismo de verme prolongado en tí, o de perpetuar mi estirpe (la nuestra), más bien lo hago como la forma más hermosa de demostrar al mundo el amor que siento por tu madre.

Harías bien en leer un poema que tengo en mi cabecera, "Palabras para Julia". Lo escribió un genio llamado José Agustín Goytisolo, a su hija Julia. Yo no creo que llegue a escribir algo tan bello y acertado, así que (haciéndolo mío/nuestro), te lo copio en la sección poemas de otros que he creado... creo que no será el único poema que pegue en este espacio... Por hoy nada más, faltan algo más de siete meses para que veas la luz,... es pronto para hacer más cábalas; de momento disfruto pensando en tí, y queríéndote.

Un abrazo,

Tu padre.

martes, 8 de julio de 2008

Al principio por el principio

Empiezo a escribir ahora como lo hice siempre. Sin estar muy seguro del lugar al que me llevará este camino, o para qué me puede servir caminarlo. Quien sepa dónde vamos cada uno que lo diga, o mejor que lo calle... el mundo sería demasiado aburrido ni no se nos regalase la posibilidad de equivocarnos.

Me he pasado la vida anotando reflexiones en papeles que perdía y que sólo a mí interesaban. A veces meditaba o me recriminaba sobre la necesidad de hacer útil lo inútil, y, en consecuencia sistematizar mis notas, o cuando menos tenerlas ordenadas cronológicamente a modo de cuaderno de bitácora, improvisado diario de a bordo que me permitiera repasar vivencias, ideas, sueños... Pero entonces llegaba la desidia, la desgana, la falta de hábito, o quizá un ramalazo de vagancia que de forma sistemática me sacude todas las tardes. Otras veces me invadía el deseo de compartir mis reflexiones con la gente, y publicaba o repartía poemas, artículos, cuentos, historias que (pienso) no interesaban a nadie, o a casi nadie. Para quien lo piense, o para quien no, hubo periodos de mi vida en los que fui (quizá todavía lo sea) un auténtico pelmazo.

Hace cuatro semanas mi pareja y yo supimos que íbamos a ser padres. Para la mayoría de los mortales este es un acontecimiento común, sin embargo cuando ese acontecimiento común se vive en primera persona, la paternidad se convierte en una noticia sencacional. B. y yo nos abrazamos, estuvimos bastante tiempo callados, y por un día y medio sólo supimos comunicarnos por besos, caricias, monosílabos. Sólo el domingo por la mañana, el cerebro me dió para algo más que para decir "sí", "no", "estás bien", "te quiero",... y tomé prestada la famosa frase de Amstrong, y como quien conquista la luna, no sin ánimo de parecer gracioso, me dije, y le dije a B. a un tiempo "este es un gran paso para una pareja, y un casi nada para la humanidad". Aquello fue lo más que llegué a decir durante todo aquel inolvidable fin de semana.

Hoy, cuatro semanas después, y tras dos meses de embarazo, voy a empezar algo para mi hijo. Me he decidido a acumular algunas de las reflexiones que tenga, no me preguntes con qué objeto, quizá para que un día ambos podamos releer mis ideas, recordar mis errores o mis aciertos, valorar si lo fueron, en qué medida lo pudieron ser, y, sobre todo, tener una bitácora, para que yo, y él (si quiere), podamos confundirnos menos.

Sólo le pido que cuando crezca y se entere, me sepa disculpar que haya hecho públicos estos monólogos con vocación de diálogo, que, como dijo Machado, pueda entender que "quien habla solo espera hablar con Dios un día", y que si utilicé un medio tan indiscreto sólo fue por aprovecharme de lo fácil que es de usar, y de guardar para un padre algo torpe y muy desordeando con lo suyo. Por lo demás, también entenderá, que muy pocos leeran lo que he escrito, de la misma forma que muy pocos pueden distinguir o aislar una piedra de toda una montaña, o una gota de todo un océano, pues en nuestro mundo, siempre que se renuncie al escándalo, cuanto más pública sea una actitud o un pensamiento, más discreto será y, en consecuencia, más privado.